Dice Richard Florida en su libro Ciudades Creativas [1] que:
Hay tres grandes decisiones en la vida de las personas que condicionan su felicidad: dónde vivir, qué hacer (o a qué dedicarte) y con quién compartir tu vida.
Para él la más importante es la primera, pero Richard es economista y urbanista teórico, lleva años hablando de forma muy interesante de cómo las ciudades pueden marcar para bien y para mal tu futuro creativo, económico, intelectual y social.
Obviamente no venimos a quitarle la razón a Richard Florida, pues tanto él como otros investigadores han presentado estudios que demuestran que las ciudades pueden ser asemejadas a seres vivos y/u organizaciones y que, por tanto, cumplen una condición de escalabilidad que las hace más eficientes cuanto más grandes son. Y no solo más eficientes, indicadores socio-económicos como riqueza, innovación, nivel educativo o la generación de información, entre otros, crecen exponencialmente con el número de habitantes [2].
Richard Florida habla en términos de rendimientos económicos y si hay algo de lo que los economistas se olvidan demasiado a menudo es que las personas, no solo somos muy torpes calculando rendimientos económicos, sino que somos capaces de priorizar estrategias y comportamientos que van totalmente en contra de nuestra cartera y de nuestra felicidad, solo y simplemente porque están alineados con nuestros anhelos, nuestras aspiraciones, nuestros sueños, nuestras vivencias y nuestros objetivos. Y en Muere Vacío sí que estamos total y completamente alineados con la búsqueda incesante de estas cinco «cosas» y todos sus sinónimos.
Tu felicidad está condicionada por estas tres preguntas
Desde nuestro punto de vista las tres preguntas son igual de importantes, pero cuidado a la hora de tomar decisiones complejas, está demostrado que en la toma de este tipo de decisiones es mejor dejarse guiar por las emociones que por la razón, pues nuestro cerebro emocional es capaz de tener en cuenta en el proceso mayor cantidad de situaciones y de información.
Todas las decisiones que tomemos intentando responder estas preguntas van a meternos directamente en la zona limpia de la curva, en la calle uno del tartán, la interior, la rápida, será como un adelantamiento imposible por encima de la alcantarilla del Sacacorchos de Laguna Seca, será atacar antes que defender, será un salto «a lo Fosbury» sobre el listón de tu 1968, será un 5 a 1 a Dinamarca de una madrugada de 1986 en la que un buitre sobrevoló el estadio de Querétaro en México.
Estas decisiones van a ir seguro al zurrón de las grandes experiencias, a la lista de historias para contarles a tus nietos.
Si quisiéramos verlo gráficamente las podríamos situar en las esquinas de un triángulo donde cada «decisión» ocupa un vértice y ejerce una fuerza en dirección contraria a las otras dos. Está claro que el objetivo, la máxima satisfacción y felicidad, será situarse en el epicentro del triángulo, pero, ¿puedes siquiera conseguir situarte en una de las esquinas?
Photo Credit: gnsk
[1] Aquí tienes una reseña por si tienes interés en el libro “Ciudades creativas” de Richard Florida.