Lo urgente no siempre es importante.

Todo en esta vida se ha convertido en «urgente».

Parece que todo lo tenemos que hacer con prisa. Nos saltamos semáforos, no respetamos señal alguna para no detener nuestro paso ni un segundo. Incluso, parece que mientras caminamos por la calle alguien nos va presionando para que nuestro paso sea más rápido, llegamos a perder los nervios, insultamos a ese coche o a esa moto que está actuando mal según nuestro criterio… En resumen, vivimos rápido sin saber si quiera a dónde queremos ir.

Todo es urgente;

Ese mail que tu jefe te mandó hace que tu pulso se dispare cada vez que ves tu bandeja de entrada, esa reunión a la que te convocaron para «salvar el mundo» tiene los mismos preparativos que la última cena, ese viaje que tenías planificado para dentro de dos semanas se adelanta tomando el carácter de urgente, ese cliente que te llama a cualquiera hora o te escribe mails mientras duermes quiere todo para ayer. Incluso ese mensaje de whatsapp que dejaste sin contestar porque estabas ocupado es recriminado por tu novia o amigos al sentir tu indiferencia avalado por tu «última conexión».

Todo es urgente;

No existe un mañana ni un ayer, los hemos cambiado por hoy y ahora. No existe una exigencia, tú eres tu propia exigencia. No existe lo urgente porque ahora todo es importante…

En qué estamos convirtiendo nuestras vidas. ¿En serio es todo tan urgente? ¿En serio estamos dispuestos a vivir una vida en la que todo apremia menos vivirla?

Tú tienes la culpa de tu urgencia, tú eres el que prefiere ir 20km/h más rápido incrementando tus riesgos para ganar 2 minutos de «vida», tú eres el que pasa en rojo mientras esa persona trata de cruzar la calle, tú eres el que al ver tropezar a alguien no paras para no llegar todavía más tarde, tú eres el que nunca deja salir antes de entrar olvidando dónde quedaron tus modales, tú eres el que mira su móvil de forma nerviosa esperando ese mensaje que nunca llegará…Tú eres el que trabaja hasta que las migrañas se apoderan de tu cabeza, tú eres el que mal come excusándose de falta de tiempo para cocinar algo, tú eres el que consume drogas para sentirte eufórico o para eliminar el cansancio, tú eres el que prefiere trabajar hasta tarde antes que dar las buenas noches a tus hijos, tú eres el que decide que todo es urgente a excepción de tu vida…

Para vivir vas a tener que parar, escoger lo que realmente es importante y lo que puedes mantener en un segundo plano. Vas a tener que elegir pasar una noche con tu familia y poner el teléfono en silencio, vas a tener que elegir salir pronto para darte cuenta que el sol y el deporte son compatibles, vas a tener que elegir tomar una cerveza más con tus amigos, vas a tener que elegir ir a esa cita o evento en vez de irte a descansar, vas a tener que elegir vivir y no sobrevivir...

Párate a pensar si todo lo que es urgente hoy será importante mañana.

Tú eres tu propio urgencia, céntrate en vivir lo que es verdaderamente importante o deja de vivir para siempre.

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