Tú me miras, me tocas, me mimas, me sientes y siempre me quieres…
Me maltratas, me absorbes, me consumes, me das noches insaciables y mañanas interminables.
Eres mi mejor suplemento después de un entrenamiento y mi mejor excusa para saciar mi esfuerzo.
Estás siempre preparada para cuando yo me dejo y tú te ofreces. No te importa que yo esté caliente o frío. Siempre dejas que te abra y te haga mía.
Mi vida sin ti tendría sentido pero con tu compañía todo parece más fácil, más placentero, más risueño, menos serio…
Sabes lo que siempre tienes que hacer para tenerme entre tus manos. Para que recorras cada parte de mi cuerpo y sacies cada uno de mis poros.
Me da igual que seas rubia, morena o negra, dices que siempre cambio según el momento en el que te disfruto o según el país en el que me encuentre, pero de una forma u otra siempre acabas dentro de mí, haciéndote sentir mía…
Te lo dedico a ti, a la Cerveza, fiel compañera de buenos y malos momentos, de buenos comienzos y fatídicos finales, de relaciones que nacen entre risas y de otras que mueren entre sollozos, de momentos de emprender y momentos de aprender, de situaciones en las que tú nos llenas cuando nosotros nos empeñamos en vaciarnos…
Por las rubias, morenas y negras, siempre frescas todas ellas.
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