Levantémonos cada día con ganas de aprender. Levantémonos con la motivación de no saber qué pasará mañana.
Sonriamos sin motivo aparente y lloremos para que nos hagan caso.
Tiremos besos a unos y a otros y saludemos sin querer ser correspondidos.
Bailemos sin preocuparnos ni del ritmo ni del compás y sin miedo a que nuestros pies nos hagan caer.
Preguntemos aquello que no sepamos sin miedo a parecer maleducados.
Digamos lo que pensamos obviando si es correcto, adecuado o diplomático…
Miremos a nuestros padres, abuelos, hermanos, amigos…y espetemos un «te quiero» que haga que su gesto se doble.
Equivoquémonos tantas veces como castigos puedan imponernos nuestros padres.
Emocionémonos al ver un tren llegar…
Agotemos a todos los que nos rodean, corriendo, cantando, jugando y queriendo…
Durmamos 10-11-12 horas sin ningún tipo de remordimiento. Soñemos con que el despertador cambie de melodía y suene ese tono que ponía tu madre: «cariño, es hora de levantarse»
Pidamos permiso para subir a la cabina de un avión y sintámonos pilotos de nuestra propia vida.
Comamos con las manos y ensuciemos nuestros vestidos.
Juguemos a los médicos con ella con él o con todos juntos para explorar ese cuerpo que aún está por conocer.
Volvamos a emocionarnos con la lluvia y pisemos charcos para “ver si moja”…
Exprimamos el día como si fuera el último, hasta caernos en los brazos de alguien que sabemos cuidará de nosotros.
Hagamos el avión cuando todo el mundo nos mira creyendo ser invisibles para sus ojos.
Probemos de todo y elijamos lo que realmente necesitamos en nuestra vida.
Vivamos de sensaciones y obviemos los pensamientos.
Vivamos como si todo esto fuera un juego y no importara el mañana…
Nunca dejes de ser un niño, nunca dejes de sentir,amar, llorar,reír…nunca te guardes un te quiero, un beso o una sonrisa…nunca dejes de experimentar y de aprender…nunca dejes que este día sea uno más…nunca dejes de luchar…nunca dejes de soñar y, por supuesto, nunca dejes de sentir…
Nunca dejes de ser un niño porque ese día dejarás de vivir.
Vídeo:
Y pensar que la gente que se pone la etiqueta de «maduro/a» pretende huir de todas esas cosas bontias que acabas de describir.
Bonita reflexión Pepe! Te seguiré leyendo por estos lares.
Un saludito
muchas gracias! ser maduro está sobrevalorado! un saludo!
Fd:Pepe