Creer que todo es posible, que imposible no existe, que no hay excusas, que querer es poder y que somos lo que soñamos, son frases muy bonitas, motivan, guían, equipan e inspiran.
Pero la cruda realidad nos enseña que en verdad #todoesposible tanto lo bueno como lo malo.
Es posible que nos toque la lotería o que nos atropelle un camión. Situaciones que no están en nuestras manos, solo queda tener fortuna, suerte, azar o como queramos llamarlo.
Pero existen otras situaciones que tal vez si podamos controlar, transformar o invertir gracias a nuestra actitud.
Hace siete años me diagnosticaron una extraña enfermedad hematológica, una mutación genética por la cual mi sangre se coagula. En el hospital me dijeron que había muchas posibilidades de que acabara utilizando una silla de ruedas, yo le di la vuelta y les pregunte a los médicos si había alguna posibilidad de que esto no ocurriera y me dijeron «muy pocas».
Aún así, decidí arriesgarme, me sometí a una larga operación experimental sin garantías de éxito. Tras un duro año de rehabilitación, comencé de nuevo a andar, de andar pase a trotar y de trotar, a correr…
Ahora también tengo posibilidades de quedarme en una silla de ruedas, de que me toque la lotería o de que me atropelle un camión como le puede pasar a todo el mundo. La diferencia es que ,mientras tanto, practico mountain bike, corro maratones y vivo intensamente.
Moriré algún día, no sé cuándo, espero que falte mucho pero de lo que estoy seguro es de que lo haré vacío.
#muerevacio
