Queridos reyes magos, este año no he sido lo suficientemente bueno. No quiero vuestros regalos…
No quiero esos regalos materiales que otros tanto valoran, no quiero esa camisa, esa corbata, esos calzoncillos, esos calcetines que parecen diseñados para ocupar mis armarios y mis cajoneras, si, posiblemente también podrían ocupar los tuyos…
No quiero esa consola, esa tele nueva, esa tablet que nadie tiene muy claro para qué vale, esa cámara, ese reloj, ese coche…esa casa…
Queridos reyes magos este año venid pero no vengáis muy cargados.
Este año no os quiero pedir, este año solo quiero sentir…
Quiero sentir el abrazo de ese padre a su hijo tras meses sin verle por una ausencia enmascarada en un contrato laboral como expatriado, quiero escuchar a una madre despedirse con un «ten cuidado» independientemente si él o ella se van a por el pan o si han decidido cruzar el charco. Quiero sentir la pasión de esa pareja de enamorados que deciden pararse para disfrutarse cuando todos los demás corren sin un destino claro. Quiero escuchar las copas romperse en un brindis tantas veces aplazado.
Quiero ver su sonrisa al escuchar su nombre y sentir su mirada al conectar con los ojos del demandado. Quiero sentir ese calentón al ver tu cuerpo desnudado por mis manos. Quiero ver como tu cara se estremece de placer y tus piernas tiemblan con ese orgasmos por ambos esperado. Quiero sentir ese beso sin preguntarme si será el único o el último, quiero poder sentirte siempre y no tenerte nunca…
Quiero volar y sentirme libre mientras veo a los demás en miniatura viviendo esa libertad tantas veces cuestionada. Quiero viajar lejos para darme cuenta de lo cerca que necesito estar de los que tienen que estar. Quiero viajar para ver otros mundos pero, también, para crear un mundo solo por mi diseñado.
Quiero correr por tus montañas, o por las suyas, disfrutando de la ascensión y de la bajada. Soñando con llegar a lo más alto de ellas sintiendo el esfuerzo realizado y la satisfacción alcanzada. Pero también quiero volver a tu refugio, sintiendo tu cobijo, tu temperatura alcanzada y el descanso merecido después de la hazaña soñada.
Quiero soñar alto, despertar a mis vecinos con mis sueños y hacer que llamen a mi puerta por los perjuicios causados. Quiero que mis sueños me remuevan y me quiten el sueño. Quiero que pesen sobre mis hombros en forma de crítica por una exposición deseada.
Quiero que ellos sean felices y lo expresen. Quiero que la felicidad sea expresada y que tu sonrisa sea el idioma con la que debe ser interpretada.
Queridos reyes magos, quemad los regalos…haced que la gente viva, sueñe y sienta. De las cosas materiales todos nos cansamos de vivir solo se cansan los débiles.
Queridos reyes magos, no vengan muy cargados…