Todo en nuestras vidas está delimitado por líneas.
Ya sean imaginarias, interpuestas por nosotros, nuestros jefes o nuestra familia, o físicas como pueden ser las fronteras…todo está dividido por líneas.
Te imaginas que por un día vuelves a jugar a no tocar las líneas como hacías con tus padres cuándo eras niño? Te imaginas jugando ahora como si tus años de vida te hubieran dado ese nivel experto que de niño añorabas?
Qué ocurriría si cambiaras esas líneas que dominan tu día a día y las modificaras o borraras?
Aunque no lo creas tu vida son líneas: coges la misma línea de metro, de bus o de cercanías cada día. Sigues esas líneas en la carretera, unas veces continuas, otras discontinuas pero siempre son las mismas. Sigues las líneas que él o ella o ellos te marcan sin plantearte si es lo que quieres vivir, incluso, sin atreverte si quiera a discutir.
¿Por qué debes seguir esas líneas marcadas?
Vives sin pensar si esas líneas las eliges tú o te vienen dadas, vives siguiendo una vida de líneas marcadas, incluso…llegas a consumir líneas para mantenerte despierto y seguir viviendo tu vida escudándote en un “control absoluto de esas líneas” de una vida poco real…difuminada..
Haz un esfuerzo, imagina tu vida como si fueras un pájaro o un dron, lo mismo da…
Tus líneas son preocupantemente estables. Van de tu casa al trabajo, del trabajo a casa, de tu casa a la de él, ella o ellos. De esos puntos a ese lugar de entrenamiento o a ese bar…de vez en cuando cambias de zona, de vez en cuando te tomas una copa de más o una de menos, o quizá compartes tu cama o la suya o lo mismo no usas ni la cama…sigue mirando, las líneas que tu actividad traza a penas se alejan, las líneas que dibuja tu vida están totalmente marcadas…
Ahora párate y piensa, esas líneas delimitan la zona donde tú estás tranquilo, a gusto, confiado, seguro…esas líneas son tu zona de confort, esas líneas delimitan y encierran tu vida.
Tus sueños de ver, crecer, conocer, descubrir están fuera de esas líneas, están justo un paso por detrás de dar «ese paso», ya sea coger un avión, hacer ese viaje, creer en esa locura, aceptar ese trabajo, apuntarte a esa prueba, olvidarte de tus excusas…justo detrás de esas líneas está esa vida que un día soñaste vivir pero que nunca te atreviste a vivirla.
Y tú, vas a dejar que tu vida se resuma en un puñado de líneas?
O estás dispuesto a volver a ser niño y comenzar a saltártelas?
Photo credit: http://instagram.com/luismartingarcia