Continuamente me pregunto qué necesito mantener en mi vida y de qué puedo prescindir.
Me pregunto si le necesito a él a ella o a ellos. Me pregunto, cuánto, cuándo o cómo les necesito.
Dudo si lo necesito, si te necesito o, incluso, si llegado el momento podría prescindir de todo ello y centrarme en vivir un sueño, una experiencia o una vida…mejor dicho…mi vida.
Pero aquí lo que yo me pregunte no importa, quizá no me conozcas o yo no te conozca a ti, o quizá ni nos importe qué nos preguntamos cada uno…
Lo que importa es que tú seas capaz de pararte y pensar si todo lo que haces, si todo lo que tienes, aporta sentido a tu vida.
Es el momento de que pienses si esas horas infernales en tu trabajo tienen un objetivo o se han convertido en una rutina para hacer frente a esos gastos que un día juraste no tener. Es el momento de que pienses si ese trabajo te compensan a ti o solo compensa a otros.
Piensa, realmente necesitas en tu vida esa casa, ese coche, ese móvil o ese bien del que tanto alardeas?O es que un día te dejaste llevar y desde ese día, no sabes ni por dónde salir…
Piensa si esa chica o ese chico son realmente para ti, si te aportan o te quitan, si te dan o te consumen, si te producen placer o dolor...plantéate si tu vida sin ellos o sin ti merece el sentido que solo tú debes definir.
No me importa quién seas, cómo te llames, de dónde vienes o con quién te acuestes…quiero que te replantees qué es necesario en tu vida. Quizá el problema no seas tú, quizá tampoco sea tu vida…quizá el problema es que mediste mal las necesidades con las que un día decidiste vivir.
Atrévete a preguntarte qué necesitas en tu vida, qué necesitas para ser feliz…una vez lo sepas: haz y deshaz, elimina a unos y deja que otros entren, equivócate y acierta, prueba y valora de qué puedes prescindir.
Dudo que necesites todo lo que tienes, si es así, mantenlo, pero si crees que algo tienes que cambiar sé consciente de que nadie lo hará por ti.
Yo cada día necesito menos cosas, pero las que necesito las quiero más cerca de mi…¿y tú?
Photo credit: Alba Gil Lobo
One Comment