Eres prescindible. Lo sabes y lo has sentido.
Has estado un tiempo sin conectarte a tu ordenador para trabajar, sin consultar el correo, sin tocar el móvil cada minuto, sin pensar todo el tiempo en qué tienes que hacer, en cómo tienes que hacerlo…y no, el mundo no se ha caído…eres prescindible, mejor dicho, todos lo somos.
Cuando no estás el mundo sigue girando, ese mundo que tú crees hacer girar cuando tú decides bajarte de él sigue girando. No se para, otros como tú o como yo hacen que gire, que siga su curso habitual, quizá más despacio o quizá más lento, tal vez lo hacen girar mejor o tal vez gira peor pero…al fin y al cabo, no se para, él sigue y tú has podido observar desde tu palco cómo, sin tú estar dentro de él otros se encargan de mantenerlo.
¿Cuántas veces te creíste imprescindible?
Piensa,
¿Cuántas veces lo has sido realmente?
Lanzaste ese proyecto, ese producto, ese servicio y casi te consumes en el intento… ¿Qué habría pasado si tú no lo hubieras hecho? Ojalá la respuesta sea: «No existiría» pero..¿es así realmente?
Pienso en un autónomo, en un emprendedor, en un artista, en alguien que depende de forma directa de su trabajo y es obvio que si él no está su trabajo no se hace. Pero qué ocurre con todos los que vivimos bajo un paraguas que nos oculta de muchos chaparrones, qué ocurre con los que durante 330 días al año se excusan en «tengo mucho lío», «no tengo tiempo» o, la que más me gusta «es solo por unos años, luego buscaré cambio».
Ojalá todo lo que hagas sea imprescindible, no hablo solo de tu trabajo, piensa en lo que haces por tu familia, por tu chica, por tu chico o por la gente que te rodea, posiblemente, en este sentido sí seas imprescindible o debas serlo.
Ahora reacciona, piensa en qué eres imprescindible realmente y en qué quieres serlo. Conviértete en alguien imprescindible para otros, incluso, imprescindible para ti.
Al final del camino, cuando tu imprescindible sea sustituido por alguien, también, imprescindible, lo único que habrá quedado es el cambio que has provocado.
Piénsalo tú porque yo ya lo he hecho:
¿Eres imprescindible?
Yo no.