Ayer me hicieron el siguiente comentario.
Cuando tú mueras lo único que quedará de ti es el recuerdo que tengan tus familiares y amigos. Pero cuando estos mueran tú, tu vida y todo lo que hayas hecho caerán en el olvido.
La frase en sí me parece dolorosa a la par que realista…
Nosotros que nos entregamos cada día para intentar dejar el mejor legado posible. Nos esforzamos en nuestro trabajo, nos entregamos a nuestra familia, vivimos pensando que estamos haciendo todo lo mejor que sabemos, nosotros que siempre nos vaciamos en todo lo que hacemos. Y, aún así, nos tendremos que resignar a una vida que quedará en el olvido.
Aunque siente mal…así será.
¿Cuántas vidas/personas conoces que no hayan prescrito con el tiempo? ¿Cuánta gente anónima eres capaz de nombrar o de explicar qué hicieron en su vida?
Tal vez, tengas mejor memoria que yo, pero a mi solo me vienen a la cabeza un par de nombres, quizá tres.
El problema no es desaparecer, ten por seguro que todos lo haremos, el problema es ser conscientes del legado que dejaremos. Saber por qué seremos recordados o por qué caeremos en el olvido.
Ahora piensa si todo lo que estás haciendo va en el camino del recuerdo que quieres dejar cuando desaparezcas.
Ten el valor de preguntarte si serás recordado por algo o si en tus hechos no habrá ningún legado.
Si no ves claro la estela que dejan tus hechos analiza si esos hechos son los hechos por los que quieres ser recordado o tan solo son hechos…
Photo credit: https://instagram.com/luismartingarcia