Remuevo mi café despacio observando cómo la espuma emite un humillo hipnótico y sin avisarme mi mente grita:¿Qué habría pasado si…?
Sabes de lo que hablo, ¿verdad?
Acto seguido mi cabeza se llena de recuerdos: esa ciudad, esa chica, ese trabajo, esa habitación, ese tren, ese avión, ese bar…
Qué habría pasado si siguiera con ella, si no hubiera cambiado de trabajo, si me hubiera tomado ese café o esa cerveza, si hubiera hecho aquello con lo que soñaba pero que nunca me atreví a hacer…
¿Qué habría pasado? ¿Quién sería hoy? ¿lo hice bien o lo hice mal? ¿Hay forma de saberlo?
Ojalá pudieras ver ambos resultados. ¿Te imaginas?
Ver de forma paralela cada una de las elecciones que hemos tomado y decir: esta es la buena, sigo por este camino y por aquí mejor cierro que este no es mi camino.
Sería una bonita locura, pero…piensa…
¿Quién serías? ¿Dónde estarías? ¿Con quién…?
Puff, mi mente colapsa no sé la tuya…
Sigo mirando el café, ya no hay espuma y la taza se enfría…
Me incorporo pensando. Qué importa el camino que cogiste, qué importa la elección que hiciste…todo es parte de un pasado intocable donde lo único que puedes controlar es el camino que hoy eliges.
Realmente nadie sabe si somos nosotros los que hacemos la elección, o si es la elección la que nos hace a nosotros.
¿Verdad?
Cuándo tengas dudas elige y camina.
